Antiguamente la Ética familiar, escondía por vergüenza a las
hijas mujeres que des-protegidas quedaban embarazadas.
Era una época donde el machismo del Estado Patriarcal dominante,
controlaba Hijos y Entenados, no
aceptaba deslices ni descuidos que ensuciaran su buen nombre y honor.
Hoy posiblemente nos podemos considerar respetados, más libres,
más independientes, los deslices, los descuidos ya no se ocultan por vergüenza,
ya no afectan la ética y la Moral de la familia.
Hoy en esta nueva Era, donde sinvergüenza podemos disponer de
nuestras impudicias con descaro y frescura, nos permite disimular el “estado”
embarazoso de culpa por los horrores cometidos y concebirnos inocentes.
La sutil imaginación nos puede engañar hasta que la Ley de la
vida actúa y demuestra lo contrario.
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