Cuenta la historia del hombre que
desnudo a la tierra llegó, desde aquel rudimentario principio, tener el trasero
al aire fue lo que a él más preocupó, pero como ser sagaz y astuto, rápidamente
encontró, la forma de protegerlo y poner fin a esa cuestión.
Sin gran esfuerzo este gran ser
inteligente como argumento utilizo, un sutil y elegante corte y al trasero lo
vistió, e de aquí, que sin darse tregua al tren de la evolución se trepó.
Comenzó a tomar medidas y más
sabio se creyó, el fiel de la balanza sin inmutarse para su lado inclinó. Al
trueque le invento el pe$o y le agrego el “desinteresado” y sumo interés. Priorizando
una bolsa de papeles, subestimó la alforja que contiene los Valores con que la
que el hombre nació.
Formo muy rápidamente sociedades
dentro de la Sociedad
y su esencia perjudicó, de su limpieza a la suciedad, por arte de magia se
pasó, proveyó de poder al guante blanco para meter la mano galantemente en el
cajón y no sentirse un ladrón.
Avivando la ignorancia de la
plebe, con disimulo y picardía con polifacéticas falsedades e hipocresías entre
cucos y poesías a esta la dominó.
Actualmente el pudor ya no lo
apremia y si algo de rubor le quedaba el muy atrevido, más que pronto sofocó,
hoy por hoy la honestidad ya no lo apremia y como ejemplo tiene un botón, que
perteneció a su abuela a la que sin joyas dejó.
Pensar que todo comenzó, porque
al llegar a la tierra el trasero desnudo mostró.
Así describe la historia, al que
puso como empeño al sobretodo como garantía, para sentirse y creerse superior,
pero sin-vergüenza a resultado desde el día en que su rabo cubrió, perdió toda
la decencia e indefenso quedó a merced de su propia ignominia y ahora pretende
el perdón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario