lunes, 22 de noviembre de 2010

SIN PODER APRECIAR

Al rufián se lo distingue por su incapacidad a coexistir,
por más que  permanezca agazapado y oculto bajo el
miriñaque avieso de la austeridad, se lo reconoce
por lo dispuesto e inclinado al servilismo material y no
por el esplendor innovador de un espíritu creador.
Preferentemente subsiste y vegeta bajo el influjo de la
mediocridad. Personaje conspirador, conocedor de
las tramas urdidas en las sombras, adulador de los
poderosos de turno, se somete al más bajo nivel de
la miseria humana, quebrantando los valores de
la moral y ensuciando a la verdad.
                                                                      
Los errores y/o horrores que el mismo ha cometido, los
oculta rastreramente echando un manto de dudas
bajo las sospechas de que han sido actos realizados
por los demás, sanguijuela incapaz de auto
abastecerse, su malignidad lo incorpora indefectible e
innegablemente en las filas de la inmoralidad y de la
corrupción.
                                                                        
Para este ser, le es difícil concebir su propio ideal,
máxime si su mente está afectada por la opresión de
los falsos ideales de los absolutistas, ya que estos
“soberanos” miserablemente disgregan, corroen,
menoscaban, lesionan, y ofenden al libre pensar, solo
buscan constituirse como semidioses para poder
dominar ellos a toda la humanidad

                                                                       
El ser que no posee espíritu creativo está condenado a
permanecer en la penumbra, como sustancia amorfa,
sin poder apreciar la sublime y maravillosa existencia de la vida

No hay comentarios:

Publicar un comentario