miércoles, 11 de mayo de 2016

El hombre nunca podrá salir del confuso laberinto de la duda, sí por sí mismo no está interesado en escuchar a su propia conciencia. Es ella quien lo puede guiar hasta la salida y no el que está del otro lado, que solo mete razones para acrecentar su Dominio y Poder.


La emancipación y liberación de todas las especies humanas existentes sobre la Tierra, dependen de todas las experiencias vividas.
Si estas experiencias las entendemos y en la práctica la concebimos utilizándolas (conformes y acorde a sus azares), sistemática y gradualmente iremos desgajando ese estado de modorra con la cual hemos aterrizado en este mundo.
Mientras más sigamos perdiendo el preciado tiempo, más obnubilados, tercos y obstinados vegetaremos encerrados en ese laberinto de falsas apariencias, semejanzas y coincidencias. Nuestra visión seguirá desfigurada por las nubes de la intolerante ignorancia, escuchando a ese Ego que silencioso se califica como individuo Supremo y poderoso, por encima de Todo y de todos (Padres, Hijos y Hermanos).


Desconocer el porqué y el para qué de los principios, criterios o reglas fundamentales que el Tiempo nos dispensa, no nos permite expandirnos espiritualmente y es por esto que se impone la desigualdad. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario