domingo, 31 de enero de 2016

El miedo, dispositivo que a través del tiempo logro imponerse como mecanismo inquietante y perturbador en las mentes ignotas, qué turbadas solo escuchan las historias de prácticas deprimentes, deplorables y sombrías.
El miedo, punto utilizado y patrocinado como método de garantía por los codiciosos interesados en querer alcanzar el Poder Mundial Místico, Político, Económico, etc.
Se lo introduce en las mentes precoces como alimento diario (no toques, no cruces, no bajes, no subas, cuidado con el lobo, ojo, la bruja TV, mira que Noel no te trae nada, etc. etc. etc.) es la técnica más eficaz que se desarrolla con el imberbe, que se acostumbra y junto a él crece y engorda, y como individuo más tarde será controlado, esa conducta frágil y endeble, lo conservará enclenque y enfermizo sin fuerza para hacerle frente, permanecerá dominado a esa amenaza permanente que le transmite como ultimátum mas temor e inseguridad.

Es el pasado de nuestro “estado” el que nos condiciona y nos confina a vivir con temor, cuanto más extendamos ese miedo, mas sometidos a padecer y sufrir estaremos.

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