sábado, 5 de febrero de 2011

RESPONSABILIDAD

Todos y cada uno de los humanos somos responsables
de lo que en esta bendita y sufrida tierra ocurre
en mas o en menos tenemos que hacernos cargo
de la descompensación y deterioro que afecta nuestro sistema
y por sobre todo, de los más sagrados y nobles principios
El desequilibrio mental es el que incita y perturba el espíritu
haciendo que el hombre pretenda establecerse como amo y señor
Los que han alcanzado la cima como protagonistas públicos,
afamados deportistas, prestigiosos académicos, artistas populares,
dirigentes políticos, corporativos, culturales y sociales,
instituciones de cualquier idiosincrasia, tienen que asumir
y priorizar un cambio de rumbo, antes de que sea demasiado tarde y podamos naufragar, quedándonos sin futuro para poder disfrutar.
El Creador dueño de todo talento, ha otorgado
a cada uno de nosotros la capacidad de idoneidad para que pudiéramos
utilizarla en beneficio de todos y no en usufructo personal
El desmesurado apetito de riqueza y poder tendrá que ser frenado
si queremos que los hijos de nuestros hijos puedan poblar y disfrutar
este planeta en igualdad, paz y libertad
Los que amasaron grandes fortunas tendrán que ser los inversores y las instituciones garantes para el cambio, el resto de  la sociedad que no espere que sin aportar nada pueda ser beneficiado, cada ser tendrá que ponerse el overol y comenzar a cooperar con lo mejor de cada uno, para que esto se pueda lograr.
Todo lo que la madre tierra nutre desde su vientre, es para preciar y compartir, el  hombre es el encargado de explotarlo y utilizarlo para el beneplácito de toda la humanidad. Conforme a lo que cada uno a la madre naturaleza brinde, está le proveerá
El Creador dueño de todos los talentos a todos nos otorgó la oportunidad de apreciar por intermedio de los sentidos su majestuosidad, nada el obvio a todos dio vida y a todos se la quitara, por más riquezas que se le ofrezca esto no cambiara, pues él, es el dueño de todo nuestro capital.
El talento generoso e indisoluble distingue a  aquel que aporta propuestas e ideas para la evolución de la especies, el ambicioso en cambio, muestra miserable a quien con habilidad similar, pero ávido de poder y popularidad, solo le concierne su pedante y presumida egolatría.
Si prestamos atención y cambiamos nuestro proceder, dedicándonos en favor de sus hijos y en el bien de toda su creación, sentido a nuestra existencia le podremos encontrar y dar.

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