“Tanto
la Realidad como la Ficción cuentan con
argumentos tan ficticios y reales que universalmente es lo que más nos confunde”.
Cuanto
más dudamos de lo imaginario, mayor será el crédito para los galardonados. El
escenario solo es una variante que le propone al espectador la posibilidad de
un enfoque tanto a él, como a su entorno de elegir lo que más le convenga. El
actor principal solo cumple con lo que el Director le dicta y los titiriteros
son los que manipulan a todos los espectadores con los sucesos acontecidos, sucesos
que sin profundizar actitud o postura se le da a la Obra a manera de visto
bueno (somos aplaudidores por naturaleza) así valla en menoscabo del
prójimo.
Al
guía y mentor de una invención quimérica no le importa la narrativa, de si está
bien o mal, si es realista o cinematográfica, tampoco le importa si es inmoral
o deshonesta, o dramática y catastrófica, solo le interesan las ventajas que el
modelo subjetivo que ha idealizado alcance el punto más alto de la atalaya,
para desde allí pueda hacer prevalecer su Poder como algo natural y sentirse
Divinizado.
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