jueves, 25 de agosto de 2016


“Tanto la Realidad como la Ficción cuentan  con argumentos tan ficticios y reales que universalmente es lo que más nos confunde”.

Cuanto más dudamos de lo imaginario, mayor será el crédito para los galardonados. El escenario solo es una variante que le propone al espectador la posibilidad de un enfoque tanto a él, como a su entorno de elegir lo que más le convenga. El actor principal solo cumple con lo que el Director le dicta y los titiriteros son los que manipulan a todos los espectadores con los sucesos acontecidos, sucesos que sin profundizar actitud o postura se le da a la Obra a manera de visto bueno (somos aplaudidores por naturaleza) así valla en menoscabo del prójimo. 

Al guía y mentor de una invención quimérica no le importa la narrativa, de si está bien o mal, si es realista o cinematográfica, tampoco le importa si es inmoral o deshonesta, o dramática y catastrófica, solo le interesan las ventajas que el modelo subjetivo que ha idealizado alcance el punto más alto de la atalaya, para desde allí pueda hacer prevalecer su Poder como algo natural y sentirse Divinizado.     

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